lunes, 4 de junio de 2018

Proyecto BRAHMS 120º: música e interpretación escénica.


Con la mirada hacia Clara Schumann, se escucha a BRAHMS


     Es larga la lista de las mujeres que tuvieron dificultades para educarse porque se les negó las opciones. No obstante, llegaron a lo más alto con su trabajo ensombrecido por hombres.
Singularmente significativo es el caso de Clara Schumann, esposa del compositor, que componía también y, además, era una excelente pianista. Algunas de las piezas interpretadas de Robert Schumann, su marido, eran composiciones de ella.
     Clara explicó el por qué, en uno de sus diarios, anotó la creencia de sí misma que tenía talento creativo, “pero he renunciado a esta idea; una mujer no debe desear componer, ¿por qué podría hacerlo yo?"
     A Clara Schumann se le había ocultado que, antes de ella, había muchas compositoras. “Se nos ha educado en la idea de que a las mujeres no se nos había dejado hacer nada, pero la cuestión es que sí que lo hicieron y no nos han dejado conocerlo".
Es un punto de partida que está implícito en este ‘‘concierto teatralizado” que ofrece el equipo artístico ARTENSEMBLE, en un destacable resultado de sinergia.   
    Aunque la confluencia de interpretaciones dramática y musicales acompañan a los sentimientos, sobre todo, el amor de Clara hacia un prestigioso compositor que su esposo admitió en casa, Johannes Brahms, con quien vivió una intensa relación artística que duró hasta la muerte.
 En esta perspectiva, el concierto expresa dramática y musicalmente las vivencias de Clara que se convierten en arte, desde la mente y la mano de Brahms. Asistimos a la confluencia de la interpretación musical en concordancia con el trabajo actoral, que la escenografía envuelve y realza. Tres vértices en un triángulo escaleno, (música significativa, interpretación actoral conmovedora y la compleja dramaturgia) que confluyen en la unión de sus tres lados distintos.
     Es la hora de CLARA Schumann.
Repertorio musical que extrae del olvido a una mujer compositora, que vive el sentimiento amoroso complicado.
(Abandono de tópicos que se han acumulado a lo largo de los años, lo que ha permitido descubrir partituras importantes de autoras como Fanny Mendelssohn, Alma Mahler y tantas otras).
       Mujer de personalidad sugestiva, en el romanticismo alemán, fue Clara Wieck, hija de un estricto profesor de música, Friedrich Wieck, y de la soprano Marianne Tromlitz.
         Clara se presentó en público a los nueve años, (mostró desde su infancia un talento musical) y con once dio su primer recital completo. Además de piano, realizó estudios de canto, violín, contrapunto, composición, etc., y escribió sus primeras partituras. Con sólo catorce años, compuso su Concierto que interpretó acompañada por el mismo Felix Mendelssohn. Se distinguió su carisma y se la reconoció como la pianista más famosa de su época. Su catálogo supera el centenar de obras.
    
    El compositor Robert Schumann entró en contacto con los Wieck, y solicitó la mano de Clara, que le fue rechazada, aunque finalmente se casaron. Por su matrimonio, la creatividad de Clara quedó localizada en el ámbito familiar, y siempre fue ferviente defensora (e inspiradora) de la música de su esposo y de la de su gran amigo Johannes Brahms.

   Clara, a la sombra del genio

        La relación amor/odio con su padre, una difícil vida de pareja con Robert Schumann y su vínculo con Johannes Brahms, forman un extraño triángulo amoroso. Por su carrera internacional, Clara es un personaje emblemático.
No es de extrañar la expectación que motiva este concierto teatralizado, con el programa en torno a las dos Sonatas últimas de BRAHMS (opus 120: una, en versión para clarinete y piano; y la otra, versión para viola y piano), enlazadas con la interpretación de la actriz que encarna a Clara.
   En esta ocasión se alinean en los atriles dos composiciones musicales espléndidas, con las que se alude al espíritu de la mujer del gran autor de estas partituras modélicas, de intensidad extraordinaria, que necesitan de intérpretes notables. Lo son sin duda Katarzyna Grenda, con un memorable trabajo con la viola, un inspirado Manuel Rives (clarinete) y la pianista Marina Lozano, con expresividad desplegada para acomodarse al clarinete y a la viola, afronta nuevas acústicas al cambiar el instrumento al que acompaña.
Y con el inspirado trabajo de dramaturgia y dirección escénica de Andrés Alemán.
   
    Los tres, junto a la excelente interpretación de Pilar Sola, como “Clara”, (una voz para escuchar), alcanzan una precisa y emocionada ejecución y alcanzan pasión en el fraseo. Una interpretación que se sitúa sin dudarlo en altos niveles. Dan luz a una mujer oscurecida por uno de los grandes creadores románticos, su esposo Robert. Y se valora tanto la labor artística como su personalidad humana.
   
La actriz Pilar Sola ofrece sus interpretados textos, obtenidos de la recopilación de cartas, en los que se expresa las circunstancias de su romance, lo que describe el amor más hermoso y puro que unió a dos talentos excepcionales.
La vida no se lo puso nada fácil a Clara. Llegaron los días oscuros. Robert Schumann enfermó gravemente y tuvo que ser ingresado en un manicomio al que Clara no podía ir. Sufrió la separación de sus padres, también el drama de perder prematuramente a varios hijos. Poseía una gran fortaleza que le permitió hacer frente a todo y, pese a sus constantes problemas, logró ser una de las mejores compositoras e intérpretes de piano del siglo XIX. Ejemplo de que hay que sobreponerse continuamente para ofrecer todo lo que sea buena música.
   
     No extraña al aficionado qué razones han llevado a este programa. Lo que me importa es la calidad de las actuaciones.
Existe el poder de la música para quebrar las incomodidades y poder superarlas. Cualidades que caracterizan al arte lo conforman la colaboración desde el teclado, con su desnudez libre de retórica, con esmero tímbrico y rítmico. El verdadero secreto de la música llega a través del sonido y del intérprete.
Estas Sonatas son páginas de natural aliento romántico relacionadas con la amada Clara, y que, con sensibilidad apropiada al espíritu romántico, la han expuesto con perfección estos concertistas e intérpretes que, con responsabilidad, han afrontado ambas partituras.

    El marco histórico
   Distinción de música y vida, conozcamos o no lo que pasó entre Clara Schumann y Brahms. Siempre es útil conocer la vida y la obra de los compositores. Es innegable que desarrolla la sensibilidad cultural humana. Hacer música es otra cosa. Lo importante está en la partitura y en el modo de leerla, pues el acercamiento a cualquier obra es fruto del trabajo sobre el instrumento y la consecuencia es el buen resultado al que hemos asistido.

   Acercarse a Brahms de este modo puede desembocar en el acercamiento a un público joven y a un público que quiere escuchar otra cosa que pueda ser diferente a lo que habitualmente atendemos. En ese sentido es un concierto perfecto.
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       (NOTA.- No permite subir los vídeos. Con lo cual, queda escasa la ilustración de esta crónica. Mis disculpas).

viernes, 1 de junio de 2018

"Loto Azul", poemario de Carmen Gallego




Un libro nace y se presenta en sociedad.


 Causa turbulencia poética, cuando agoniza mayo, escuchar con predominancia la P, oclusiva bilabial sorda, suena en los oídos de acogida de la señal sensible.

     Con P de Peligro escribe y hace Carmen dádiva de su Poesía.
    Con P de Pasado trae la poeta a la madre e inunda el Presente.

   31 de mayo, jueves, cuando la tarde se quiere hacer noche, la sala de recitales y conferencias del museo ‘Ramón Gaya’ se llena en sus tres confluencias.



   Carmen Gallego trae su poemario y lo somete, —más bien, siembra y comparte—, en exposición pública.
     
Preside la poeta Dionisia García, a quien Carmen llama Maestra, influyente en tantos y tantas poetas murcianos.



          En la primera fila, la presencia notarial de Eloy Sánchez Rosillo, inspirado poeta de ecos y luces en toda la geografía hispana.




     Oficia de maestro de ceremonias el inefable SØren Peñalver, quien aventa las palabras en oración laica de un texto escrito por él mismo para la ocasión, en torno a la Poesía que se remueve, inquieta y vital, en las páginas de “Loto Azul”, que Carmen Gallego derrama plenas de vida.
      



Atestigua que la Poesía es riesgo extremo, las palabras poéticas lo son para el trance, describen la lírica del conflicto, la épica de la amenaza en expresivo vaivén.
       
    Y envuelven los amigos, las amigas, y leen, en homenaje a la amistad y entregado regalo para todos: Javier Marín Ceballos, Marisa López Soria, Ginés Aniorte, Nadia Kostadinova…

     Acto poético entrañable. Del que se sale con las preguntas a la búsqueda de respuestas.
      Carmen Gallego, de repente se detiene como luz cegadora en medio de las cosas, al lado de la gente. El cielo es una pared y si mira al suelo la mano escribe en voz alta: “¿Qué es todo esto?”

     Interrogación tan fuerte que impulsa y desgarra, disuelve.

    El mundo aparece cargado de significaciones, tantas que no había tiempo para preguntas; la luz habitó el mundo de bosques, océanos, ríos, las montañas con zarzas que impiden la escalada. Como teatro.
¿En qué momento los signos no son ya signos?

      "A partir de cierto punto, ya no se puede volver atrás; ese punto es el que hay que alcanzar", (dice Kafka en su Diario íntimo).
        
    Promesa de voluptuosidad, Las penas, el plomo atormenta, turba la nostalgia. Trayecto necesario. Existe el deseo, existe el miedo.
“¿A dónde ir a buscar felicidad más fuerte que la alegría”
     
El sentimiento nace en un pasado que emerge del olvido. No hay peligro de no ser. El tiempo, decimos, es reversible, perdido en las palabras transparentes de la vida que huye de la máscara y se recoge en el poemario “Loto Azul”, de Carmen Gallego.

  Comprender los sentimientos.

    El poema, como obra de arte, materializa la experiencia personal, lo indecible. En el silencio renace la palabra. Sólo el grito se oye entre la bruma espesa.
      Y la voz poética sigue queriendo ser "comprendida”.

      En los insomnios se abren los ojos a las tinieblas de evidencia indiscutible, la revelación del fracaso, de lo irremediable. Y, de nuevo, el pánico se disuelve en la luz.
      Todo el mundo no ama, y si lo hace es solo a medias.