domingo, 28 de agosto de 2016

TRAS LA CULTURA EN VERANO, NUEVOS COLORES EN EL OTOÑO.

     La CULTURA es una prioridad para quienes tienen un trabajo y descansan en verano.
      
Si se lo pueden permitir, durante tres semanas, un mes o quizá más días, en la estación del calor dedican tiempo a la familia, a las amistades, a dormir más. Es una alteración de la ‘normalidad’ que se espera agradable y animada.


   —    Si hay euros para pagarlo, claro queda, —siempre lo dirá alguien.

       El roce con la arena de la playa o excursiones por las tierras del interior, tomar baños de agua y de sol, ejercicio físico, un viaje de pocos días para contemplar nuevos y distintos paisajes, —ausentarse de los lugares habituales quiebra la rutina, la distancia es descanso, además de placer y cultivo de la sensibilidad—.

    ¿Va a enumerar el inventario completo? —dicho con la inquietud de escuchar una obvia lista interminable.

    Es por medir el tiempo, asignado y distribuido, como muestra de lo obvio: escaso para las tareas que creemos posibles y convenientes en vacaciones.

     
La convivencia relajada es importante. Mantener las inexcusables sobremesas tras las cenas—encuentro con amigos, como las comidas familiares, plagadas de comentarios dispares sobre la situación política actual o lo de contar cada quien cómo le va en los días de holganza, desde el ejercicio al aire libre, la arqueología, los museos, y sin menoscabo de mirar los Juegos Olímpicos, el deporte.

   
 Senderos que conducen a la emoción y evidencian una profunda conexión con la naturaleza, los bosques abiertos y esculturas en recintos adecuados. Al ser humano le encantan los conceptos y estética del Arte, los modelos monumentales y los vestigios clásicos como «huellas».

      VERANO. Atender y asistir a lo que no se ha podido hacer durante el resto del año. La actividad cultural es un valioso instrumento de creación sensitiva.

     Si hay posibilidades, tiempo y voluntad, debe disfrutarse de la cultura, en su amplia expresión.

      Se señala un destino en el mapa, más allá del sol y playa, y se descubre una apuesta artística. Oferta variada y densa, no se puede asistir a todo. El arte compite con las expectativas del público y atrae como lo hace el buen cine. 
 
  Pasear la vista por las paredes hermoseadas con obras de pintores y escultores, escuchar el recitado de textos y poemas por cualquier motivo, la Cultura pone a prueba nuestra capacidad para el asombro, el gozo o la indignación.

      Cada verano, en vacaciones, tenemos la oportunidad de estar en las citas culturales más interesantes y posibles. 

 Por ejemplo, el gusto absoluto por la exposición de El Bosco, en Madrid. 
    

  O para acudir a lugares emblemáticos (como “La noche en blanco”, de Aledo), o con certámenes,
     
 —Almagro y Mérida destacan como grandes citas del teatro—, de flamenco, recitales poéticos, celebraciones ancestrales de pueblos,  conciertos de grupos populares de música actual, también de música clásica,
 —la orquesta, conjunto creativo donde se experimenta en completa libertad; preguntarse si hay razón por la que una orquesta se debe colocar siempre de la misma manera—. La interpretación de piezas de músicos famosos son tan solo el primer acto de un programa que se complementa más y más.

   


         La danza, la música, los monólogos, obras para niños y mayores… las artes escénicas vuelven cada verano. De estas actuaciones, muchas pueden verse en espacios al aire libre, y otras en recintos cerrados, en palacios renacentistas y claustros de catedrales y monasterios, bibliotecas, en variados formatos y contenidos.



      O simplemente vivir la fiesta, escuchar corales y ver los desfiles populares a los que resulta fácil y lógico asistir.

     

Destacan actividades que conmemoran centenarios, como el de Miguel de Cervantes, espectáculos relacionados con el autor del Quijote.

     No digamos más.




      ¿Hemos leído?
    La LECTURA es práctica individual y personal y sabemos que la literatura ofrece un característico modo de conocer. Para el entendimiento del mundo no basta con los contenidos de la ciencia y los de la prensa, aun siendo importantes.
       De ahí la necesidad y el elogio de la lectura literaria. La literatura como búsqueda, la amistad, el humor, la ironía, la vitalidad, la provocación, la versatilidad, los personajes excéntricos, lo onírico, la mezcla de registros y de géneros literarios.
     
  En el equipaje se lleva más de un libro, de entre los acumulados durante todo el año para leer en vacaciones. Libros de papel o los cada vez más extendidos e-book electrónicos.

        La cultura escrita ya no es exclusiva, pasados cinco siglos y medio desde que funciona la imprenta. Ahora el libro de papel es objeto de homenajes y ha perdido fuerza como regalo.            Leer significa una nueva lógica con todo el sentido pues el lector se apropia de las facetas del creador, por su vocación universal de narrador o por ser intelectual comprometido, pintor, dibujante, diseñador gráfico, escenógrafo teatral, poeta, guionista, ensayista... De todo se lleva en la mochila.
   
   Surge la pregunta, en consideración de la apretada agenda cultural descrita más arriba, de si será verdad que el tiempo veraniego es tan amplio, flexible y con velocidad lectora que ha habido tiempo para lecturas extensas e intensas.
    Otra cuestión es la de conjugar la lectura con las demás ocupaciones, incluida la de estimular a nuestros niños y jóvenes, que les atraiga la literatura de viajes, los libros de aventuras, que nos vean con un libro entre las manos y que sirva de ejemplo. 

    Leer una buena novela, o dos; algún poemario y otras cosas lleva su tiempo. Hacerlo mirando al mar, es un inconveniente, porque el mar posee un atractivo indudable y, también los cortes y distracciones a causa de la postura, por el calor y los juegos de playa de niños y mayores.
      (Gabriel García Márquez, cuando visitaba alguna ciudad con mar, pedía a la dirección del hotel que en la habitación le pusieran cortinas opacas para no ver el mar, pues su visión le absorbía tanto que no podía leer ni escribir).

      La realidad es que vivimos en un mundo complejo. Toda mudanza, aunque sea transitoria, nos influye y hasta nos condiciona. Las horas son tan raras en su duración como puede serlo el viaje alrededor de uno mismo. El primer día se comienza la lectura con ímpetu. Antes de que se ponga el sol el tercer día, ha de enganchar la aventura. La soledad se relaciona con cada una de las palabras que se escuchan desde el libro.
      ¿Se ha leído todo lo que se previó? 
       Es difícil decidir en la vida y en la lectura.

     Es precisa una atmósfera que posibilite la Lectura, en la que el lector/la lectora viven la voluntad de estar a solas con las páginas, en la intimidad del pensamiento, entre imprecisos y sublimes vaivenes de la vida, en la emoción, el desamor, la intriga y la sorpresa, las preguntas.

      La lectura, espejo de tres caras, como el interior de los caleidoscopios, exige habilidad, decisión y tiempo. Aunque nunca se sepa cuándo se alcanzará la gracia, la lectura y la vida no pertenecen al azar.
        Leer los libros de moda, las lecturas a que nos inducen.
      O estimulados por los aniversarios de cinco autores paradigmáticos: Miguel de Cervantes, Williams Shakespeare, los del dramaturgo Antonio Buero Vallejo, el novelista Camilo José Cela y el poeta Blas de Otero. En su relectura se aprende infinidad de cosas.
     
Y la conexión abierta con la red, —hoy, una necesidad más— para visitar las revistas culturales como Abaniko.


El verano, época asociada a vacaciones, es un tiempo en el que late la cultura. Aunque muchas de las bibliotecas cierran, (los bibliobuses, aparcados hasta septiembre), algunas siguen abiertas y su actividad es casi igual que el resto del año. (Informan de que las guías de viaje están casi todas prestadas). Disminuye la presencia de estudiantes aunque se mantiene la afluencia de gente. En verano, no obstante, hay descenso de usuarios. Por lo que, en algunas poblaciones, se hacen actividades fuera del edificio, como leer a clásicos al aire libre. Otra información sobre las bibliotecas es que, durante estos meses, hay muchas más mujeres. Y que la gente acude menos pero se lleva más libros, o novelas extensas —libros gordos—.
En el entusiasmo por las novelas, es tiempo de novela negra, de género policíaco y el romántico. (Se cita insistentemente el best-seller de Paula Hawkins, “La chica del tren”. Comparte puesto con “Historia de un canalla”, de Julia Navarro).

Y después de las novelas, lo que más se presta son cómics para adultos, novela juvenil y cuentos infantiles.

Bibliotecas en la playa

 

Es una excelente iniciativa y práctica la que, en algunas zonas del litoral, se prestan libros como una característica veraniega más: las bibliotecas temporales, lugares de esparcimiento donde disponen gratuitamente de libros y prensa, y que ofrecen participar en talleres y actividades en torno a la lectura. Ejemplo es, entre otras, la Biblioplaya de Torrevieja, que ofrece volúmenes para préstamos.


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Las buenas letras del otoño.

Habrá calidad en la oferta diversa este otoño.

Llega septiembre.

          Lo oímos. Y el rumoroso octubre está cercano.

                 La vida, un proceso de aprendizaje.
                       
      —    Lo son todas las vidas, ¿no?

En Europa, grandes exposiciones con el arte como protagonista.
Veremos publicadas, en España, la traducción de clásicos universales, que vive un gran momento. (Los editores recurren a ellos porque los derechos de autor son de dominio público. Se recuperan originales y las versiones son rigurosas).
      Regresados a los lugares habituales de residencia, empieza el nuevo curso. Nuevos libros están esperando. Y actividades aguardan para un activo otoño cultural. 
     
     

  Ahí estarán libros de Charo Guarino, de Santiago Delgado, de Mariángeles Ibernón (y el nuevo número de su revista “Luz y Poesía ‘L & P,). Y otras y otros… En torno al libro, en un tiempo como el actual, donde gana la urgencia, la brevedad y la síntesis comunicativa del twit o del mensaje whatsapp frente al texto largo que supone un libro, esperamos con ansia relatos, poesía y teatro —¡ah, Diana de Paco! el humor y la elaborada traza de personajes—,  como cuando éramos niños.

    ¿Cómo se sale de la invisibilidad cultural?

    Depende de cómo quieres organizar tu otoño.

    Si es una insinuación, sabes que aguardo calidad incontestable. Y una difusión comprometida para hacerse llegar.

Si se buscan libros para los más pequeños, hay que consultar al librero, que sabrá recomendar. Títulos repletos de sugerentes dibujos y de guiños culturales. Novelas para explorar posibilidades de biografías más o menos ficticias, con personajes fascinantes y a la vez moralmente repulsivos y rebeldes, antisociales, héroes y villanos positivos.
 Relatos llenos de mitología clásica, es un ejemplo perfecto de las posibilidades narrativas y sensación de desafío al lector, contar la complejidad de esta época.

      Y en Murcia —nombro a unos pocos—: Facultad de Letras de la Universidad, a “Zalacaín”, “La Puerta Falsa”, el MUBAM, -Canna brevis-, Real Casino de Murcia, con recitales de música y poesía, Andrés Giménez a la voz y la guitarra,… Festivales solidarios y salas de exposiciones, cuadros, fotografía, poemas y música (Djazzling Creatures).

Habrá tal cantidad de actos culturales que no será posible acudir a todos, por la simultaneidad y por los propios quehaceres. Ejercicio de la voluntad de seleccionar.

—¿Por qué me miras?

—Intento adivinar lo que esperas del Otoño cultural.

—Seguro que más que respuestas de «sí» o «no».

—O un rato a la semana para estar a solas: la Cultura y tú.

        Lo cierto es que en este otoño será difícil resistirse a lo que viene: relatos con rumor de tragedia humana, exploración de la intimidad y la conciencia en el murmullo de la creación de personajes a raíz de su biografía. Teatro con humor y heridas extendidas, también delicadas historias de amor poético (Ediciones Kostadinova, con Nadia al frente), también las palabras presentes de “La Galla Ciencia” y en las horas vivenciadas de Vicente Cervera.

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 NOTICIA, más que información para considerar si se puede copiar.

           
   En Italia, una estimulante iniciativa cultural.

             El Gobierno italiano —tiene más que bastante con los terremotos, sus trágicos efectos y la crisis económica— ha aprobado un "bono de la cultura": entregar 500 euros a todos y cada uno de los casi seiscientos mil jóvenes que cumplan o hayan cumplido 18 años en 2016. Y los habrán de invertir en actividades, servicios y objetos culturales: entradas a museos, yacimientos arqueológicos, teatros, cines, conciertos, exposiciones, ferias, música o libros. Mediante un sencillo sistema se le ingresan los 500 euros en línea de crédito hasta el 31 de diciembre de 2017, momento del vencimiento. Podrán comprarse libros de todo tipo, y no solo escolares, al igual que ocurrirá con el resto de la oferta.
       La iniciativa es clara: dar la bienvenida a la edad adulta con la inversión en cultura como garantía de futuro y de integración social.

2 comentarios:

  1. Cultura en estado puro, sí señor. Aunque... pelín localista el avance de novedades literarias, ¿no? Pero queda olvidada con la noticia, que desconocía, de la magnífica iniciativa del gobierno italiano. Tú, como siempre, al tanto de todo, y haciéndonos partícipes.

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  2. Muchísimas gracias por la parte que me toca 😊

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