viernes, 1 de junio de 2018

"Loto Azul", poemario de Carmen Gallego




Un libro nace y se presenta en sociedad.


 Causa turbulencia poética, cuando agoniza mayo, escuchar con predominancia la P, oclusiva bilabial sorda, suena en los oídos de acogida de la señal sensible.

     Con P de Peligro escribe y hace Carmen dádiva de su Poesía.
    Con P de Pasado trae la poeta a la madre e inunda el Presente.

   31 de mayo, jueves, cuando la tarde se quiere hacer noche, la sala de recitales y conferencias del museo ‘Ramón Gaya’ se llena en sus tres confluencias.



   Carmen Gallego trae su poemario y lo somete, —más bien, siembra y comparte—, en exposición pública.
     
Preside la poeta Dionisia García, a quien Carmen llama Maestra, influyente en tantos y tantas poetas murcianos.



          En la primera fila, la presencia notarial de Eloy Sánchez Rosillo, inspirado poeta de ecos y luces en toda la geografía hispana.




     Oficia de maestro de ceremonias el inefable SØren Peñalver, quien aventa las palabras en oración laica de un texto escrito por él mismo para la ocasión, en torno a la Poesía que se remueve, inquieta y vital, en las páginas de “Loto Azul”, que Carmen Gallego derrama plenas de vida.
      



Atestigua que la Poesía es riesgo extremo, las palabras poéticas lo son para el trance, describen la lírica del conflicto, la épica de la amenaza en expresivo vaivén.
       
    Y envuelven los amigos, las amigas, y leen, en homenaje a la amistad y entregado regalo para todos: Javier Marín Ceballos, Marisa López Soria, Ginés Aniorte, Nadia Kostadinova…

     Acto poético entrañable. Del que se sale con las preguntas a la búsqueda de respuestas.
      Carmen Gallego, de repente se detiene como luz cegadora en medio de las cosas, al lado de la gente. El cielo es una pared y si mira al suelo la mano escribe en voz alta: “¿Qué es todo esto?”

     Interrogación tan fuerte que impulsa y desgarra, disuelve.

    El mundo aparece cargado de significaciones, tantas que no había tiempo para preguntas; la luz habitó el mundo de bosques, océanos, ríos, las montañas con zarzas que impiden la escalada. Como teatro.
¿En qué momento los signos no son ya signos?

      "A partir de cierto punto, ya no se puede volver atrás; ese punto es el que hay que alcanzar", (dice Kafka en su Diario íntimo).
        
    Promesa de voluptuosidad, Las penas, el plomo atormenta, turba la nostalgia. Trayecto necesario. Existe el deseo, existe el miedo.
“¿A dónde ir a buscar felicidad más fuerte que la alegría”
     
El sentimiento nace en un pasado que emerge del olvido. No hay peligro de no ser. El tiempo, decimos, es reversible, perdido en las palabras transparentes de la vida que huye de la máscara y se recoge en el poemario “Loto Azul”, de Carmen Gallego.

  Comprender los sentimientos.

    El poema, como obra de arte, materializa la experiencia personal, lo indecible. En el silencio renace la palabra. Sólo el grito se oye entre la bruma espesa.
      Y la voz poética sigue queriendo ser "comprendida”.

      En los insomnios se abren los ojos a las tinieblas de evidencia indiscutible, la revelación del fracaso, de lo irremediable. Y, de nuevo, el pánico se disuelve en la luz.
      Todo el mundo no ama, y si lo hace es solo a medias.

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