miércoles, 23 de diciembre de 2015

…Y en el museo “R. GAYA” se abre la NAVIDAD


 Conjunción en el solsticio de Invierno en Murcia, 22 de diciembre y, es habitual, coinciden lo de ser el primer día de la estación fría (que, este año, parece primavera): también día del sorteo de la lotería y, desde hace diecinueve años, el Concierto de Navidad del cuarteto de cuerda “Almus”, en el museo ‘Ramón Gaya’. Confluencia destacada de estas tres señales que abren la Navidad. 
(Se puede indicar más signos, pero no es el caso).



Entre cuadros del pintor que da nombre al museo, -por la exposición homenaje a Velázquez-, con afluencia de público que abarrota la planta baja del museo, se celebra el concierto.




  El cuarteto “Almus” ha invitado, en esta edición, al profesor de guitarra, Fernando Espí; y hay que considerar que ha resultado una excelente llamada.

El comienzo ha sido con un fragmento de ‘Las Presencias’, de Guastavino, música optimista, hasta previsible, un inicio que ha supuesto predisponer el ánimo de los presentes para el desarrollo del concierto.

 El guitarrista, también compositor, ha presentado su ‘Moderato’, un movimiento de su Concierto Gentil. Un verdadero regalo para el oído y la sensibilidad. Ha entusiasmado.

Y la primera parte del concierto se ha concluido con música del compositor Luigi Boccherini. Ha sido el momento del violonchelo, que lo ha interpretado con acierto. La música de Boccherini transporta a diversos lugares, unos del interior personal y otros, como el Allegro maestoso, al paseo con enérgico paso por Madrid, para acabar con el Fandango que ha sido toda una muestra de virtuosismo del violonchelista.

La segunda parte es la dedicada a los Villancicos tradicionales, compromiso del cuarteto con el museo. Y la noche.
Se ha interpretado los de “Arre, borriquito”, “Campana sobre campana”, “Dime, Niño, de quién eres”, “Hacia Belén va una burra” y “Blanca Navidad”.

Manuel de Juan, primer violín, ha sugerido que se podía cantar. Por lo que bastantes asistentes se han atrevido y han cantado.

El cierre previsto del concierto se hace con el villancico por antonomasia: “Noche de Paz”.

Ya está. Se ha abierto la puerta a la Navidad.
El aplauso ha sido largo, sonoro y cálido.
Nos lo hemos pasado muy bien.

 Caminando hacia la salida, una señora y su hija (lo deduzco por el parecido) me saludan.

   -      Eres el de la conferencia de los Sofistas, el otro día, ¿verdad?”

Asiento con la cabeza porque, sin transición, la señora continúa y me dice:

  -      Te he visto tomar notas. Y, en confianza, te reprendo. Porque te pierdes lo bueno del concierto.

-     ¿Por qué? –le correspondo con una sonrisa, ante la apacibilidad de su expresión.

- Porque mientras apuntas, te pierdes lo bueno de este precioso concierto, -asegura.

Le enseño el programa, en el que he escrito, y le comento que he puesto cuarenta palabras, justas. Sólo eso.

-     Muchas son: te has perdido matices musicales.

La hija interviene, en mi favor, y le dice:

- Seguramente tendrá costumbre de tomar apuntes, ¿no ves que acude a actividades como estas? Está entrenado.

Le hago un gesto de asentimiento, por la complicidad del momento. La madre sonríe, e insiste:

- Y también has tomado fotos. Con el móvil. Mucho distraer es eso ya.

- Discúlpeme si le he dispersado la atención, señora. Y gracias por sus indicaciones.

Sonreímos.
Llegamos la puerta de la calle y nos despedimos con las palabras del tiempo navideño.

Esta anécdota me ha supuesto la nota amable y humana de la noche. Así como el intercambio de saludos con los miembros del Cuarteto y, también, con profesores del Conservatorio Superior de Música. Y ha sido un tiempo simultáneo de encuentro musical y amistoso.

 Es lo que, agradablemente, suele pasar en los actos culturales de estos días.
______________

NOTA.-
La sugerencia –casi rozando a la obligación- de que

No hay NAVIDAD completa si no se visita un Museo –o todos- de Murcia, durante estos días”.


Porque hay motivos culturales de interés. O, sencillamente, por salir y encontrarse tanto con el arte como con personas conocidas.

1 comentario:

  1. Sigue tomando notas y haciendo fotografías, amigo Juan. Te lo pido egoistamente, en contra de la sugerencia de esa señora meticosa, aunque amable. Nos haces estar a los que no asistimos, y eso siempre es todo un lujo. Aunque esas notas e imágenes no serían nada sin las palabras con las que las arropas. También como siempre, gracias.

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