jueves, 23 de febrero de 2017

Pervivencia del teatro clásico y sus símbolos. [DIANA DE PACO EN LA ACADEMIA DE BELLAS ARTES]

       
   ¿Cuál es el atractivo de la mitología griega para haber sobrevivido hasta hoy, mucho más tiempo que otras construcciones literarias posteriores?
         La Antigüedad Clásica, perdura y vive en el presente: somos sus herederos.

         El Teatro, además de ser Literatura, es una de las Bellas Artes.

     
 Por lo tanto, resulta inapropiado sorprenderse, se concurra para hablar de Teatro, pero sí admirarse por el hecho de que en la vetusta, monumental y modernista casa Díaz Cassou, ubicada en la murciana calle de santa Teresa, sede de la Real Academia de Bellas Artes “Santa María de la Arrixaca”, donde se acogen eventos culturales propios y se incluya al Teatro. 

           Para comenzar, que el Teatro esté en la normalidad de la programación de la Academia es lógico y lúcido. Que sea la luz de la Antigüedad Clásica y su influencia en la creación teatral del presente es proverbial.

      Y que la sala de conferencias acoja en la tarde la intervención de la profesora universitaria y dramaturga Diana de Paco Serrano, entonces ya es acertada inteligencia institucional, además de diáfana acogida sagaz a la autora, que nos ha presentado una parte de su extensa obra, ¡ah, signo de los tiempos!: necesaria brevedad en la exposición


     La presentación la ha hecho el doctor y profesor Mariano de Paco… ¿les dice algo este apellido? Sí, piensan bien: el introductor, además de un experto teatral, es padre de la conferenciante. Y ahí, en la primera fila, está la profesora de Literatura y de la Escuela de Arte Dramático (ESAD) de Murcia, la doctora Virtudes Serrano…, nuevo apellido, ¿resuena en eco? Sí, piensan acertadamente, es la madre de Diana. 

      Dos vectores de amplia y densa carga teatral, además de progenitores, han confluido en su hija, Diana de Paco Serrano, quien lo vivió, primero, como un juego en la infancia y, después, —con catorce años, nuestra autora residió, por estudios, en Alemania—, su continua participación responsable en intelectuales tareas familiares de lectura, análisis y de corrección de originales antes de editar.

     Y hoy, Diana, vestida de negro elegante, como los artistas en momentos importantes, autora de contrastada calidad, supera la docena de obras teatrales publicadas, otras de próxima aparición. Y en diversos escenarios nacionales, varias representadas. Y casi todas ellas traducidas al inglés, al francés, al italiano, al griego y otros idiomas.

    Los padres son, indiscutiblemente, padres. En este caso, al tándem Mariano/Virtudes no se le obnubila la mirada crítica sobre la obra de su hija. En sintonía con el espíritu clásico de la tarde en la Academia, aun con todo el cariño, aseveran que la exigencia cualitativa a la obra de Diana, al margen del parentesco, se le aplica lo que ya estableció Parménides de Elea, —de los primeros que filosofaron—: “Lo que es, es; y lo que no es, no es”.
   
          Sin excluir el sentido del humor del que los tres hacen gala en sus intervenciones y apostillas. 
  
      De contado se supera lo que podría fácilmente llamarse predestinación. Queda claro desde el principio: ‘lo’ de Diana es vocación y profesión, además de herencia y oficio. Escribir teatro es un viaje iniciático que supone una transformación, donde la profundidad del misterio debe ser abordada con sencillez.

      Sabido es que en Teatro no hay nada improvisado, (hasta la improvisación está prevista). Si hemos hablado de herencia concurrente dramático—escénica en Diana, ella, a su vez, ha acudido para hablarnos de La Cultura Clásica en mi creación dramática”, que señala y destina, amplía extiende grande y merecidamente, a todos los habitantes de la geografía occidental.        Nos hace recipiendarios de la Literatura y de la Tragedia Clásica griega, y así nos lo anota y explica.

Comienza Diana su disertación asegurando que, primero intuitivamente y, después, de manera consciente, el estudio de la Antigüedad Clásica se vincula con su actividad de escritora dramática: inspiración y camino hacia la creatividad.
      Es una de las características de Diana de Paco que, con prodigiosa imaginación, narra fluidamente: personajes, paisajes, escenarios, imágenes evocadoras.
     En su dramaturgia, el pasado clásico y el presente contemporáneo respiran a la vez. Y en todos sus trabajos gravita el espectáculo.

   
    Sus personajes son seres humanos, conservados y extraídos de antiguas vasijas helénicas, de regreso al teatro originario en una sugestiva correlación con la caverna platónica y en un ceremonial intenso que emociona e inquieta. 
     Con intenso aliento dramático, esquiva el artificio de la dispersión técnica, propiciando que el texto y la historia que cuenta sea elocuente, emocionante, dolorosa a la vez que plena de amor a la vida y cercana con quienes sufren. 
       Aún resuenan los ecos admirativos por sus obras Polifonía y, también, “De mutuo acuerdo” en el teatro Romea de Murcia.

         Su principio como autora lo sitúa en la obra “Eco de Cenizas”, donde hay relación evidente con el mito de la caverna platónica.
     En obras como “Lucía”, emplea y encaja el mito de Electra y su pervivencia en el siglo XXI, (la figura que representa la atracción afectiva de la niña en la figura del padre, Agamenón. Esta obra se escenificó en Alicante, en 2012), transportada al presente. Son los valores por los que el mito se convierte en símbolo, en ideas universales. La protagonista, ‘Lucía’, ha perdido a su padre, y se ve reflejada en su historia al igual que le ocurrió a Electra.

    En la coherencia de mitos y personajes,  Dianala autora, resalta y dispone la estrecha relación de 'Lucía' con la Orestiada, obra en la que es común de la presencia de Electra y la venganza de la sangre derramada. Orestescon su hermana Electra, hija que adoraba al padre, jura venganza ante la tumba de Agamenón.
     Y en este momento y coyuntura, Diana señala la gran importancia que para ella, y para su contacto con el público, tuvo la adaptación que en 2006 hizo de la “Orestiada” para la compañía ‘Alquibla teatro’, que fue seleccionada para el Festival de teatro clásico de Mérida.

      Seguidamente, habla de “Polifonía”, también llevada al escenario en varias ocasiones, (se estrenó en Sevilla en 2016 y también en Murcia), con la nota distintiva de interpretación cromático-filosófica, por los colores empleados en las vestiduras.
       Diana reúne a las voces de las mujeres griegas heroínas, que se distinguieron por hechos ilícitos, criminales, en respuesta a la conducta observada en sus hombres, que en ‘Polifonía’ se enfrentan a ellos:
    
        · Penélope, la paciente que espera al inconstante Odiseo/ Ulises.
     
· Medea, arquetipo de hechicera, enamorada perdidamente de Jasón, por quien mata a sus propios hijos.
     
· Fedra, esposa de Teseo, padre de Hipólito, se enamora de este pero él rechaza a Fedra, quien se preocupa porque su esposo nunca llegue a enterarse de su secreto amor.
    
· Clitemnestra, quien con su amante, asesina a su esposo, Agamenón.

     Cuatro figuras femeninas trágicas para resaltar el arrojo de la condición femenina, contra silencio y la sumisión doméstica: se abren su propio camino, ciertamente trágico. Pasiones humanas en un mundo de sorprendente colorido.


La obra dramática “La antesala”, se sitúa en lo que sería la puerta, la antesala de la muerte. Se generó a raíz del 50º aniversario de la muerte del escritor José Martínez Ruiz, “Azorín”. Surgió de los fundamentos de los diálogos de los muertos y el paso por la laguna Estigia, camino de la otra vida.
    Y aquí, Diana, que es una excelente comunicadora, acude a su propia experiencia para cimentar la historia dramática. La situación que, de sí misma, refiere: aprendió piano, pero no sentía inclinación; estudió solfeo y no tendía al canto.
Es decir no destacaba en nada… hasta el momento.
      Lo que aprovecha para construir al personaje, ‘Pepe’, quien no tiene méritos para ir al cielo, tampoco al infierno; por lo que lo devuelven a la Tierra, regresa a la antesala y le dan la oportunidad/tiempo para hacer algo productivo y meritorio.

(Momento que Diana emplea para referirse a su monólogo “Perros”, donde el protagonista se llama ‘Diógenes’, sobre la obsolescencia programada, donde todo tiene fecha de caducidad, en relación con la filosofía cínica).
       Sabemos que la catarsis es un elemento insustituible y caracterizador de la tragedia, tal como se concibió en sus orígenes en el teatro clásico griego. Aristóteles explica en su «Poética», que se produce, a través de la compasión, tras ser copartícipes del sufrimiento de los personajes.
        Hay otra catarsis que la dramaturga Diana de Paco emplea y maneja como nadie: la catarsis del humor y de la risa.

        Pero hoy tocaba hablar de los personajes de tragedia.
        De las comedias se vendrá otro día, en otra ocasión, (que esperamos próxima).

   
 El libro “Casandras”, su última publicación recién salida de imprenta, contiene 5 obras. (Son mujeres que, de algún modo, comparten las características de Casandra, "la que enreda a los hombres", mujer que posee el don de la profecía, habilidad que se le convirtió en dolor y frustración). Es propio del imaginario griego clásico que la mujer sabia es temida, y Casandra simboliza a las mujeres inteligentes e intuitivas, que son miradas con prevención, cuando no con desprecio, por los hombres.    Diana otorga a la mujer un papel protagonista.

      Lo que reflejan las tragedias, dice Diana, son modos de comportamiento (violencia, maldad, corrupción política…). Los esquemas se repiten a lo largo de la historia, llegan enérgicos y sobreviven en nuestros días. La violencia se transporta a los escenarios, ya sea como denuncia, expiación, crítica o hecho estético. El teatro es un reflejo de nuestro entorno, un espejo donde contemplar con otros ojos la realidad que nos afecta. Y los conflictos humanos tienen el protagonismo en el teatro de Diana de Paco.

La intervención de la autora y profesora finaliza con la visión del vídeo promocional de ‘Polifonía’, (en la que construye un espectáculo con una estética actual. Es muy visual, pero al tiempo respeta la estructura y la palabra). Su puesta en escena pretende crear un espacio que permita al espectador disfrutar sin obstáculos, y con animado coloquio sobre características de personajes clásicos con toda vigencia en el siglo XXI. Los nombres de los héroes y de las heroínas perduran; subrayan la fragilidad de la condición humana.

     El itinerario dramático hilvana, en una búsqueda de respuestas sobre la vida y la función de la creación artística, desde la Grecia clásica al mundo de hoy, las hazañas y pesares de aquellos héroes trágicos sujetos a los designios de los antiguos dioses con los latidos de la actualidad crispada: el dolor incide igual en todas las épocas: la sangre viva de los clásicos es nuestra misma sangre.

         Ha resultado interesante y amena la conferencia y el coloquio.
         Los asistentes lo han pasado bien.
          Yo, aún mejor.

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Nota final.- ¿Conviene ya, pues méritos hay, que se abra el correspondiente procedimiento para que Diana de Paco Serrano sea investida como académica de Bellas Artes?  

1 comentario:

  1. Muy bien, Juan. Nos demuestras cumplidamente en tu entrada que esa señora sabe muchísimo de teatro, en sus diversas facetas, y tiene méritos sobrados para que la hagan académica. Pero, a semejantes virtudes... ¿ se une la de ser agradecida? ¡ Menuda reseña le has dedicado!

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