De
vivir hoy, José Martínez Ruiz, “Azorín”, celebraría su cumpleaños, pues
nació en 8 de junio.
Hay otra fecha, pertinente vínculo, pues en el pasado Marzo, el día
2, se marca otro momento, por el que se le recuerda: han pasado cincuenta años desde
que transitó el túnel de la vida al sueño eterno.
(Me enteré de este suceso y
pérdida mientras regresaba en auto-stop a mi pueblo, desde Murcia, cumplida la
jornada de estudio. Un amable conductor detuvo su coche para llevarme. Accedí.
La radio estaba puesta y daba la noticia: había fallecido Azorín, el estilista
de la Generación del 98, el escritor de las descripciones magistrales, del uso
de las frases simples y precisas, que también insertaba vocablos propios de la
zona murciano-alicantina, —ejemplo: “leja” —).
Actos de homenaje para Azorín hay, en este año en que
estamos, estimulados por instituciones y colectivos, por estudiosos y
aficionados.
Recorrerán sus obras y nos hablarán de su inmarcesible y
singular estilo de escritura. Su obra literaria permanece.Lo importante es que fue, y lo sigue siendo, un gran escritor.
Y un autor que quiso modificar el rumbo del teatro español,
sin lograrlo, en la evidente necesidad
de la savia nueva de las vanguardias contra el anquilosamiento del arte y de
las letras. Sus ideas no
triunfaron cuando hubiera sido necesario. No tuvo seguidores.
En este ámbito de celebración,
aprovechando la convocatoria de la Universidad de Murcia, a través del servicio
de Cultura,
(“Espacio
cultural abierto”), en el Ciclo:
Escenas de cuyo nombre no puedo acordarme
Lecturas
Dramatizadas “Deletreartes”
los
próximos 29
y 30
de junio, tendrá lugar la representación escénica de una obra de
José Martínez
Ruiz, “AZORÍN”.
“LO INVISIBLE, Trilogía”.
Obra en tres actos y un prólogo.
(En clara afición al teatro, dieciséis personas, —doce
actrices, tres actores …y el director— se han reunido en grupo y lo están preparando.
Para su exposición en la sala teatral “Concha Lavella”, del
Campus de La Merced).
[Recuerden: Acceso gratuito, hasta completar aforo. Reserven sus
invitaciones]
Lo invisible, misterio
ceremonial y eterno, era y es la Muerte,
que se hace presente o sugestionada en el escenario. Expresiones poetizadas,
también palabras de angustia y gestos que tratan de asimilar, con cierta
ironía, tan ineludible trance.
Interesado
por encontrarle provecho, Azorín consideró que la obra artística teatral debía
apartarse de la realidad. El nuevo teatro había de serlo de fantasía y de
ensueño. Ya se hacía en Europa teatro nuevo, surrealista.
Azorín tenía claro que el teatro es diálogo y
eso es lo que debe trabajar el dramaturgo: la construcción de los diálogos. Proponía
que el texto tuviera en cuenta que estaba destinado a ser oídos y visto. El
decorado no lo consideraba tan importante.
Lo invisible, es
un conjunto de tres piezas
teatrales breves adelantadas por un prólogo
escénico.
Una Señora, sin avisar,
irrumpe en el escenario, a punto de empezar la función, se dirige al autor de
la obra y a la actriz. Les informa y amonesta de que no se puede jugar en el
teatro con cosas serias: los grandes misterios de la vida no pueden ser
tratados imprudentemente, porque es peligroso. Al acabar la breve conversación escénica,
la misteriosa y extravagante Señora muestra
la careta de una calavera. La muerte ha mostrado su rostro. No volverá a
hacerlo. La Señora se va y lo que ha pasado es lo que afirma la Actriz: “Un sueño“.
Después, en escena, La arañita en el espejo, donde una mujer enferma espera impaciente a su esposo, a su
regreso de la guerra de África. Leonor, personaje feliz, ha realizado su sueño,
el amor de Femando. Aunque nada sabe de la muerte de él, y que si conocen el
padre y la criada. Un mendigo cree ver, en la tristeza de la joven, la
indicación de la desgracia.
Una araña en el espejo anuncia la
proximidad de la muerte, pero es la muerte del esposo, que no vendrá. Dos personajes
conocen la fatal noticia. La esposa no, (ella intuye, en premonición, la
presencia de la muerte a través de ciertas sensaciones inexplicables, como la
del mendigo y la araña, símbolo de muerte y surrealismo en el teatro).
A continuación, El segador, (título
de resonancia y metáfora utilizada para designar a la muerte), acto escénico en
el que la joven viuda de un labrador, María, —al igual que Leonor—,
mira a través del balcón, donde compendia la felicidad, la esperanza. Madre de
un niño de meses, es visitada por un matrimonio vecino que pretende comprarle
sus tierras. Como ella no acepta, tratan de atemorizarla advirtiéndola de los
males que sufren los niños que viven en la zona. Llegan más lejos. Le cuentan
la historia de un segador vestido de negro que deambula por los alrededores, llama
de noche a las puertas de las casas en que hay niños, que enferman y mueren.
Aquella misma noche suenan tres golpes en la puerta. El niño como metáfora de
la esperanza, y, por consiguiente, su muerte es símbolo de la tragedia, (procedimiento
de larga tradición).
Y, por último, en Doctor Death, de 3 a 5,
el tema del tránsito de la vida a la muerte. Antesala desabrigada, consulta del
doctor Death, -doctor Muerte-. Llega una mujer enferma en busca de soluciones
médicas. Informada de que no hay retorno tras la visita al doctor, exterioriza con
pánico que está a las puertas de la muerte. La sensación ilógica
comienza con la aparición del Viejecito. El jardín también se ha convertido en
personaje. La enferma se resiste a aceptarlo, se
rebela, quiere escapar del sitio. Imposible. Se resigna. Y en actitud erguida y
digna, rígida, hierática, con la cabeza echada hacia atrás, atraviesa en su
tránsito y dice palabras: “infinito” y “eternidad”.
Es la pieza que contiene el soplo de misterio y más conformación dramática.
Lo
invisible fue una propuesta renovadora del teatro español. Escrita
con lenguaje muy medido, austero; con limpia expresión literaria.
Los argumentos que Azorín introduce en estas breves piezas
teatrales son elementos misteriosos que provocan incertidumbre sobre lo que va
a suceder. Aunque invisible, la muerte espera a los personajes.
Esto significa que la duda no es suficiente para que se convierta
en estremecimiento. Por lo que al espectador no se le va a sumergir en la
emoción, ni siquiera por el carácter simbólico que tienen los personajes. Azorín
escribió con entusiasmo esta obra de teatro, de compleja interpretación, aunque
con sencilla tensión dramática y claro conflicto en el tema de la muerte. Lo
que posibilita una doble “lectura
teatral” que puede ser distinta, sin llegar a comedia, pero con claves irónicas:
los personajes se asustan, pero el espectador no. El público viene a disfrutar
en el teatro, no a quedar azorado con el tema lúgubre.
La obra lo permite. Es opinable y puede ser discutible esta
perspectiva, pero con delicado humor, cierto surrealismo, se puede ofrecer una
visión/versión propia. Teatro serio, fino, interesante.
La muerte, la
verdadera protagonista, sólo nos llega a través de sensaciones y angustias en
los distintos personajes, dimensión dramática del misterio Procedimiento de
señalar personajes invisibles, simbólicos o metafóricos en la escena, sombras
de una realidad que está fuera del mundo sensible, el mundo subconsciente
introducido en escena. En Lo
invisible,
la felicidad no es posible.
Que sea este
comentario que aquí se ha ofrecido un estímulo para que se acuda al Teatro.
Lecturas
Dramatizadas “Deletreartes”
Jueves,
29 y
viernes 30
de
junio:
LO INVISIBLE” Trilogía
Obra teatral de Azorín
|
8:30 de
la tarde.
Sala
teatral “Concha Lavella”.
Campus
de La Merced
Universidad
de Murcia
|
Mientras leo tu entrada sobre esa obra de Azorín que estáis preparando, y que promete ser de lo más interesante, no puedo evitar pensar lo bien que te las has ingeniado para volver a lo que más te gusta a hacer, o al menos a una de las cosas: la dirección de obras teatrales, vivir desde dentro la magia del teatro y estimular en los demás esa afición, ya sean actores o espectadores. Y a fe mía, amigo Juan, que lo haces de maravilla. Es mucho lo que te está dando el teatro, pero tú, agradecido, también le das mucho de ti a él. Seguid trabajando para que el estreno sea todo un éxito, que lo será, estando tú por medio y ese elenco de personas enamoradas del arte teatral.
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