domingo, 4 de junio de 2017

Exposición de artistas, en el convento de San Antonio, con vínculo en el barrio de santa Eulalia, en Murcia.


«Arte, identidad y espacio»


      Con los objetivos, entre otros, de distinguir y denominar un área urbana, y, también, que obras de creadores del mundo del arte, adscritos al barrio y a la ciudad, compartan lugar para disfrute que de quienes quieran verlo.



 En esta exposición se propone una lectura desde lo local a lo universal. Y el camino va en las dos direcciones, con el necesario diálogo interdisciplinar entre artistas de diferentes ámbitos, entre pintores, escultores, arquitectos y escritores.

         

      La pregunta es inevitable: ¿Es Murcia un buen lugar para denominar un territorio de artistas?
Lo es. La respuesta es afirmativa. Murcia posee categoría y nivel de primer orden en cuanto a Arte e Historia se refiere.

       Este encuentro en el convento de san Antonio, delimitado por la condición artística y la afinidad espacial, acoge a los referentes que se unen y que se confía en la ampliación de la lista de personas y de actividad estética. Estalla la oportunidad de repensar.
      En realidad, se ha propuesto una nueva topografía, y se asigna un nombre propio que inaugura un ámbito de la cultura. De esta manera, se ofrece y descubre, de forma sutil, qué referentes hay, quiénes y cómo se nombran. Esto tiene que ver con la memoria, con afectos.

       Se ha proyectado una nueva mirada, con una lectura diferente. Cada mirada genera una  necesidad propia. Porque el mundo cambia y no se caracteriza por velocidad lenta. Si algo determina a esta época es la premura para interiorizar las transiciones y la influencia colectiva.
 

     Emerge la idea, es la génesis de trabajar a partir de lo visitado y lo vivido, manteniendo un diálogo interactivo entre lo arquitectónico, lo geográfico y lo artístico: un contexto de relaciones entre artistas, para búsqueda y afianzamiento de históricas y estéticas señas de identidad.

      Como anécdota de hoy, diré que no había estado nunca en este convento, del mismo nombre que la calle de San Antonio. He ido dejándome llevar por costumbre y, ¡ay!, me he adentrado por la calle donde está el antiguo edificio de Correos… cuando debí haber tomado la calle de antes, en cuya esquina hay un supermercado.
Me he perdido… con la consiguiente caminata para retornar, desde la plaza de la iglesia en santa Eulalia, regresando por… ¡la calle san Antonio! ¡Con lo fácil que es preguntar! (o mirar en el Google maps). He preguntado a un hostelero, que me ha indicado el itinerario.
Con lo fácil que resulta, desde la plaza Apóstoles, cruzando la calle Isidoro de La Cierva y siguiendo por la que es: ¡calle san Antonio! 
         Un paseo por esta zona de Murcia es agradable: bullicio de jóvenes y algunos algo mayores, con energía vital, que llenan los establecimientos y tiendas del lugar.
     Se busca la exposición colectiva de 25 artistas murcianos que algo tuvieron que ver con el barrio de Santa Eulalia.
      Es la primera muestra artística que, bajo esta denominación de “Barrio de los Artistas”, abre una senda que se hará cada vez más espaciosa y acogerá más artistas y obras en próximas ediciones, —el más largo camino comienza por un paso—.

El proyecto no es algo caído del cielo, sino que nace de un recorrido de dedicación temporal, de personas trabajando sobre este tipo de cuestiones.
       Mirada expectante mientras se atraviesa la estructura que han diseñado los arquitectos Patricia y Francisco Guerao. 



   Los textos se los debemos a la restauradora de arte, escritora y artista, Loreto López, coherente con quién es y de dónde viene en su pasión por el arte y su amor por el mundo cultural. 

       Y si todo está como debe, que lo está, la responsable de la exposición es la Comisaria Elisa Franco Céspedes. Se comienza pensando a nivel global, y se llega y  delimita un contexto más cercano.

      Da mucho de sí. A partir de esta situación en el mapa, se activan las biografías de esos artistas y escritores grandes, que no tienen por qué ser famosos, sino personalidades que han construido esta ciudad, este país, el mundo...
  
     Tarde calurosa, y eran más de las seis y media de la tarde. Al llegar, tras el paseo aumentado, se agradece la diferencia de temperatura al adentrarse en el edificio conventual. Nada más entrar, hay que facilitarle el código postal del que venimos a la azafata. (Por cierto, tras de mí, se lo confían 4 visitantes sevillanos). Con fluidez despaciosa, accedían visitantes continuamente. 

Una madre explicaba a sus hijos los motivos de la muestra artística y su por qué.
        Uno de los niños dice:
"Pero esto es aburrido".
 —“Eso lo dices porque no tienes costumbre. Poco a poco te irá gustando”, —les revela la madre, con serena seguridad y determinación educativa.
   — “No hay juegos ni música. Esto es soso”, —abunda e insiste el otro niño.
     
—“Pues esto empieza ahora. Las exposiciones son cultura y tendrás que acostumbrarte a visitarlas, sin excusas”.

      Personas que, dialogando, estén siempre abiertas a reflexionar y estimular lo que de Arte se está haciendo. Aunque la propuesta artística motive una réplica, porque es un diálogo abierto a pensar. El efecto que tiene la idea de llevar a actos culturales a los niños es más grande del que pensamos. 
        

    Considero necesaria la legítima tarea de apoyar y dar voz a los niños y jóvenes; pero los años no deben ser único salvoconducto para el ofrecimiento y consecución de oportunidades. Porque tratan de orientar, al menos con intuición, formativamente al presente para un próximo futuro, donde formen parte de las señas vitales los artistas.




      En el atrio, a la izquierda, nos recibe la imagen de san Blas, al que miramos en el comienzo de la visita.

       
       Y a la derecha, el histórico carrito de los dulces típicos con motivo de las festividades de los días 2 y 3 febrero, con las figuritas de colgar, los “samblases”, para ‘prevenirse’ de las afecciones de garganta.
Esta primera exposición presenta distintos trabajos de un conjunto de veinticinco creadores.
      Como todo proyecto colectivo inicial, en sus líneas generales, es una interesante orografía, pues se crea un amplio y sugerente fresco temático y discursivo.
     
     
        En el mundo del arte, como en los ámbitos de la vida, hay voces que son más conocidas y escuchadas, mientras que hay otras con dificultad para sentir la luz. Y, en esta exposición, se encuentran artistas que salvo en los casos en los que han alcanzado la fama no siempre encuentran un lugar de visibilidad.
    Por ello es de todo punto conveniente que existan y se mantengan estos espacios y sus muestras periódicas.

       El equipo que ha hecho posible lo de “Santa Eulalia, Barrio de los Artistas”, como homenaje de un barrio hacia sus vecinos ilustres en esta faceta artística ha formulado es propuesta arriesgada, complicada, pero apasionante.
         Entre la fidelidad histórica y la verdad notable.

         Es la «Memoria y Arte del siglo XX», de artistas murcianos. 


    A través del lenguaje sensual de la pintura y la escultura, de las atmósferas de los paisajes, de la expresividad de los rostros, la viveza de los colores o la elocuencia de los contrastes, el espectador queda absorto por encantamiento visual. Ir al encuentro de artistas recorriendo los espacios que habitaron agudiza la sensación de ausencia. Ahora nos situamos aquí, al otro lado, en donde se produce el encuentro con la materia, el objeto, la cosa, el Arte.

El espacio, la estancia, un estruendo silente. En mi deambular, el recuerdo del sonido procedente de las palabras de la madre. Maneras de estar en el mundo: «Aún hay esperanza para la vida», pienso.

El código marcado de comportamiento en la visita a la exposición se quiebra y percibo los cuadros de forma íntima. Los objetos artísticos dentro del mundo transforman la identidad, la actitud y el pensamiento.


Las teorías pierden importancia en la práctica artística. Los elementos se mezclan y abren el aire a la posibilidad.    Es el encuentro con la realidad.
   Tanto en un libro como en el Arte se abre la ventana a la comprensión. Tan sólo hay que preguntarse cómo funciona, qué ideas introduce y qué transforma. Vivir una nueva relación con la materia tiene una vibración que no se da en otro medio. Aunque las imágenes de esta exposición sean reproducidas -como hago- jamás se podrá experimentar del mismo modo que estando en donde la pieza huele, susurra y hasta transforma.
     Este ambicioso programa, abierto a todos los púbicos, que visibiliza cultural y territorialmente las aportaciones de artistas en Murcia irá presentando, esperamos, todos sus contenidos. Y abre una discusión en torno a la pertenencia a una comunidad, a una ciudad, a una relación.

Esa responsabilidad también corresponde a los vecinos, a todas las personas que acompañan. Si todos hacen ciudad, todos tienen que participar de los diálogos. Y no solo la opinión especializada. El arte tiene esa capacidad: la de abrir diálogo a otras formas de vivir. Y se abrirá con apertura dinámica y enriquecedora, a los Músicos, al Teatro, a la Danza, a artistas plásticos, a los Diseñadores… se convocarán experiencias que están teniendo lugar por toda la ciudad: un «archivo vivo».
El sentido de las exposiciones es una memoria que se está activando, que se está construyendo, esté o no prevista. Así es: plantear qué hacer de lo que ocurrió hace 50 o 25 años y qué implicaciones tiene todo esto en el ahora, que conecta con lo que somos hoy.
La idea es seguir, que haya segunda edición.
La cultura está para eso, para generar diálogo y pensamiento. Y la crítica es sana porque hablar y dialogar es necesario.

         El artista, abierto a la colaboración, elude la imagen romántica del creador aislado y obsesionado con sus fantasmas personales, porque el Arte debe conducir hacia la luz.

       El arte no envejece: las ideas permanecen en el tiempo y abren nuevas vías de expresión. Nada más poético y liberador que hacernos creer útil lo artístico. 

  


       

1 comentario:

  1. Magnífica idea la de dar personalidad a un Barrio -que la tiene sobrada, en otros facetas- por medio de una exposición que aglutine a sus artistas. Y como no podía ser menos, ahí estabas tú, Juan -tras dar unas pocas vueltas hasta encontrarlo- para contárnoslo animándonos a visitarla. Que haya sí, una segunda edición, y muchas más. Y que tu mirada y tu percepción, tan especiales, sigan estando ahí para contárnoslo.

    ResponderEliminar