Canna brevis trasnochó en el espacio poético de SØren Peñalver.
…y en su regreso al goce y la emoción sostenidos de las lecturas líricas, actualizando las palabras Albert Camus: «La poesía es el mundo en su mejor lugar».
“Trasnochando” es el título con que, cada
verano en julio, SØren
Peñalver ofrece y estimula
en el museo de la Ciudad un encuentro literario y amistoso.
Incardinado en los actos del Festival Internacional de
Folklore en el Mediterráneo, que cumple 50 años. (En el museo también se desarrolla
la actividad pictórica: “50 mares para el Festival” con la consiguiente
exposición de 50 cuadros alusivos).

Noche muy cálida, en la que aún en lo avanzado de la noche,
el calor apenas remite e invita a la toma de granizados y agua con que obsequia
el Museo a los asistentes.
La sesión se ha iniciado con un acto de reconocimiento a la
figura y obra del escritor Alfonso Pacheco, presente en el acto, en el
que las actrices Conchi Pacheco e Inma Martín leen expresiva y notablemente dos
producciones del autor, escritas en este día, y en las que se muestran
experiencias de navegación vertidas en el odre literario. (Esta coyuntura
cultural significa la avanzadilla de un próximo homenaje al poeta de “El
nacimiento de Aftalia”).
Así, con la Luna protegiendo, ahora que está en menguante, ha comenzado este diálogo intimista, celebrado en tierra
adentro y que se inunda de poéticas palabras que aluden al Mar.
Entre los invitados a la lectura de textos de inspiración
marítima, acudió el Grupo de Teatro Leído “Canna brevis”. (Cinco de sus
componentes, —Diana de Paco, Carmen Antúnez, Loreto Martínez, Leticia Varó y Pepa
Alcaraz— han justificado su ausencia. Para ellas, ha habido palabras afectuosas
de SØren Peñalver que se resumen en un rotundo: “Os echamos de menos”, y también corrobora Santiago, presidente de APROMUBAM).
En esta ocasión, la fórmula ha sido la de tomar como base
textos literarios en los que el Mar es protagonista, y que ha preparado el
escritor Santiago Delgado. Y, además, cada participante del grupo, si así lo ha
estimado, aporta al tema un texto de producción propia.
El espacio poético asignado a “Canna brevis” lo ha iniciado Sonia Varó, con
LA SIRENITA.
Dinamarca, el aire flamea de música, disfruta de prestigio
literario. Un poema que etiqueta las relaciones humanas.
La
transida melancolía de la Sirenita,
su
callado grito de amor que surca los mares
y los
cielos, las nubes y los vientos,-todo eso que nos dice la Sirenita,
oteando los fríos mares del norte-
...
Y ahí está la Sirenita de Copenhague,
pidiendo a la espuma de las olas, la dejen
esperar, siempre un poco más,
que, está segura de ello, ese amor volverá.
Si vais a Copenhague, pedidle
a las olas que esperen, que esperen
siempre un poco más.
A continuación, José
Antonio lee, dramatiza e interpreta la “Fantasía Nautícula de Don Fadrique en La
Puebla”, de Santiago Delgado.
He aquí, el Balcón de Misa de Don Fadrique.
Semeja la popa de una gran naoespañola o portuguesa del Siglo de Oro.
Las olas del océano van quedando atrás,
rotas por la orgullosa estela del navío.
Los galeotes bogan con denuedo
entre sudores y maldiciones
contra el mundo que los ha condenado.
(…)
Un fragor de olas, envuelto en húmeda niebla
de puerto atlántico andaluz, resuena en la nave toda...
Seguidamente,
la poeta Charo
Guarino, con EL
REGRESO, (MELINA MERCURI, desde
NUEVA YORK a "EL PIREO")
“…Llegando
a Chipre,varando luego
en playa de fina arena,
sale Venus
a recibir a la griega:
"Contigo navegaré -le dice-
hasta la misma Atenas;
pero siempre tras de ti,
que antes debe honrarse Ética
que poner altar a Belleza".
Arriban por último al Pireo,
ese puerto
donde el hombre aprendiera
que son libertad y pensamiento
alimento de corazón y cabeza.
Charo nos regala, de su génesis y sensibilidad creativa, un
poema propio, “Doa”, con alto contenido del drama de las migraciones y la
inutilidad destructiva de las guerras, con la emoción de las palabras así
dispuestas: con todas las voces del mundo.
Continúa el recital con Ángela Sánchez-Lafuente, con el PASEO
DE LUNGOMARE, EN DIAMANTE.
“Ah, qué
gracia provinciana
y dulce,
la del Paseo de Lungomareen Diamante de Calabria.
Al borde del mar y al pie de la montaña,
el Mar Tirreno y las nubes del Otoño
primero, como un milagro de frescura
que el viento del sur les regalara.
Van y vienen las gentes por él,
saludándose con sonrisas y miradas,
como si fueran todos amigos,
como si fueran todos camaradas,
como si poseyeran todos a la vez
una sola y misma alma.”
Y también dos poemas propios, de elección de Ángela, con poética
emotividad.
Luego es el turno de Juan Soriano, con dos poemas de
Santiago Delgado: uno, La Ola de Hokusai
“…Sabedlo
y decidlo:pasaremos todos,
y quedará esta ola.”
Y el otro, “Huellas sobre la arena de la playa”
“…la espuma extrema blanca
iba borrando tus huellas,y al mar profundo se las llevaba…”
Y agrega al
momento de la noche poema propio:
“ENCUENTRO EN EL
MAR”
Invoco tu mar, te llamo.
Mis brazos se duelen,vacíos de ti, mar en ausencia.
Melancolía que Ilumina
tu mirada azul.Saluda a tu mar,
háblale que añoro su beso
los dos sumergidos en él.
Tu mar, piel de sol,
palabra de espuma,caricias de agua iluminada,
verde teñido de plata,
será quien te abrace,
y no yo, en un manantial
de ausencia y silencio.
Palabras vacías ya de anhelo
y de latido, sin pasión ni misterio.
Las olas mudas
en la arena descansan.Un sendero estelar
desgarra al mar.
Brotó la noche.
No estás.
Concluye el espacio poético concedido a Canna brevis con la breve
presentación de un libro de Poesía para Niños, de una joven escritora, y del
que la profesora Aurora Gil Bohórquez extrae
tres poemas y los entrega al aire de la noche.
Una experiencia
estética profundamente intensa como en un collage, integrando trozos diminutos
de grandes palabras, y fragmentos de las inscripciones de personajes poéticos y
mitológicos.
La velada continuó hasta completar las intervenciones de
quienes tenían previsto sembrar el patio del Museo de la Ciudad de poéticas
palabras que hicieron presente el Mar.
Los humanos, seres que se expresan, aciertan a vivir más
allá de límites cerrados, a salir más allá de nosotros mismos.
Siempre, siempre, te encuentro rodeado de poesía, Juan. Aunque hagas una crónica de "la caló" que hace en Murcia o de cualquier otro tema ajeno. La poesía está en ti. Y en tu voz, con ese regalo extra, al final de la entrada, de tu poema. No puede recibirse mejor, y con mejor poesía, al verano en Murcia.
ResponderEliminarMuchas gracias, Juan, por esta nueva crónica, y por tu amistad poética 😊
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