Canna brevis en la
capilla de la Señora
En el día primero del mes último, año de gracia 2016, cuando
la Nuestra Señora de la Arrixaca celebra 750º aniversario —lozana y mocetona,
que no hay huella de los años— de su venida a Murcia con el Rey Alfonso llamado
“El Sabio”, porque lo era, rey que creo los centros de enseñanza, donde se
junten maestros y alumnos para mostrar los saberes.
Transcurrido el tiempo anual de cultos, religiosos y
cívicos, en el aniversario de siete siglos y medio, hechas las oraciones,
exégesis y glosas, en la parroquia que acoge a la talla, con la devoción debida
de sus Caballeros de la Orden, por las autoridades, murcianos, feligreses,
devotos y ocasionales…, acontecido todo ello,
en la noche de adviento, primera de diciembre, el grupo de
teatro leído “Canna brevis-APROMUBAM” ha rendido homenaje.
Santiago Delgado, escritor y presidente de la asociación
artística, con brío, fantasía y oficio, (la cuestión del oficio de escribir vuelve
con fuerza a esta única pieza realizada ex profeso), la ha dispuesto sus textos
para este singular acto, palabras que se han alzado por el templo y oratorio,
llenando su espacio y concavidades.
“Canna brevis” ha acudido,
en el conocimiento de que este suceso y ceremonia no se tornan ni se muestran
en otro foro que no sea ante la Madre Arrixaca, la irreproductibilidad de la
obra de arte, porque no es técnica mecánica, sino encaje de palabra,
presencias, imágenes y evocaciones, expresión, texto hecho y en voz manifestado
para la encrucijada, ante la Señora y los asistentes.
Fue un acto único, que no se puede repetir: ya sería… otro acto, otro tiempo, todo sería… otro, que es lo mismo. (Quien lo perdió, no alcanzará a sentir la verdadera dimensión de la singularidad).
Porque las declamadoras, Ángela, Charo y Pepa, junto con el
trovador Garrigós a la guitarra, orquestados por Santiago Delgado, sembraron el ámbito de
“Florecillas para la Arrixaca” cultivadas, compuestas y cortadas en ofrenda. Y allí quedan.
Traigo aquí memoria pálida de lo que fue.
Uno de los aciertos del
homenaje es que consigue dar la medida de la personalidad de la palabra
intelectual y poética, dicha en voz alta, para que la oigan quienes quieran,
porque María de la Arrixaca ya lo sabía.
Los asistentes, con el presidente de los Caballeros y
cronista oficial de la región de Murcia al frente, José Antonio Melgares, llevaron
flores en su corazón y las dejaron a los pies de Santa María del Arrabal.
Lo que aviva la esperanza, la tarea la determinación de
ventura para todos, no solo de los murcianos, en cálido deseo.
Recitaron con su proyección corpórea las
damas de ‘Canna brevis’, porque el ser en cuestión es humano.
Es un deseo
blanco, junto al negro elegante de la Corte y ocasión, que no es de luto, sino
de alegría y respeto. Voces que entran por el oído y explosionan en el pecho.

El maestro Garrigós a la guitarra, con su sabia mano en baile de corcheas, ya que la música es arte capaz de expresar las presiones del deseo humano.
Esta será la primera y única vez que podamos disfrutar de
esta instantánea. Lo que estaba pasando, la emoción que querían extraer estas
tres palabras en femenino, de donde viene la luz..., brillantes y creativas. Su
palabra dicha es incomparable, pues idea, estado de ánimo que, en apenas un
momento después, se transforma en personajes protagonistas de la historia

Afuera del templo, soñamos que lanzaban mariposas de papel
de colores, para el poder más grande e influyente, el poder del amor con que
está hecho todo. Los poetas —y estas tres mujeres lo son,
Ángela,
"Mírame, María de la Arrixaca.
Mírame
con toda tu piedad.
Soy
María Pérez, la Balteira.
Una
pecadora, como todos;
tú
bien lo sabes, Mater Castísima.
Vengo
de la lejana tierra de Galicia,
siguiendo
a la mesnada de Alfonso".
Pepa
"Rey
cristiano de Aragón,
amado
y querido padre:
te
escribe tu hija la reina,
nombrada
doña Violante,
casada
con Don Alfonso.
de
tus ocho nietos madre".
y Charo—
hablan con el alma, resuelven unir lo popular con lo erudito, acercan su arte a
todos, los veteranos y los más jóvenes.
"...me llamo Myrtia. O me llamaban.
Y soy una antigua deidad romana.
Una de tantas. Y soy mujer.
Como tú, María de la Arrixaca.
En esa memoria perdida, soy mujer.
Como tú, María de Nazaret,
aquí conocida con el nombre de Arrixaca".
Todo tiene reflejo en el original universo poblado de
palabras, reflexión del mundo.
Un encuentro en un único espacio
y en público, en donde se posan las palabras entre los objetos
y esculturas, paredes, suelo y techo.
¡Larga vida a Nuestra
Señora de la Arrixaca!
Y para que conste, aquí está documento.
Gracias, Juan, por contarlo y hacerlo tan bien. Y por tu soberbia interpretación del Rey sabio que nos dejó su corazón en Murcia
ResponderEliminarGracias, Juan, por contarlo y hacerlo tan bien. Y por tu soberbia interpretación del Rey sabio que nos dejó su corazón en Murcia
ResponderEliminarYo me perdí la interpretación pero he sentido un poquito de la emoción que creasteis leyendo esta crónica en el blog. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarComo siempre, uno de los declamadores, casualmente autor de tan cumplida crónica del acto, olvida incluir su nombre entre los que pusieron voz a esos textos. Una cosa es la modestia, amigo Juan, y otra no incluir la información completa. Bien por Charo, a quien no conozco, por remediar la carencia. Y sí, fue una ocasión histórica que tuvisteis la suerte de presenciar y tomar parte. Y tú, como siempre, das fe de ella con tu mejor y más sentido verbo. Como siempre, gracias.
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