sábado, 17 de diciembre de 2016

Sábado de LLUVIA, Solsticio de Invierno (5)

          PENETRA LA LLUVIA EN LA LUZ CALLADA

     Desde las alturas del mundo, declina y llora el agua sobre la tierra. 
     Latiguea poderosa en el suelo, corazón en latido.
     Bajo esta lluvia, en el viaje de buen sentido sin contraluz del sol.
     No hay lado triste en el deseo cuando canta el murmullo de la vida.

  
        Agua para el beso al árbol y a la piedra.

            Huele el jardín y respira aroma de agua, donde los pájaros alzan vuelo.

       En el verde de la colmada umbría, la menguada claridad de la mañana se muestra serena, como párpado que se abre. 

      Vivencia de oscuridad que aguarda la luz, como la flor que al nacer se vuelve eterna.


      La percusión redobla en aguacero y los caminos del agua rebosan, comparecen juntos con la lluvia que reivindica suyos.

      Nombramos luz al oro del sol y lluvia al fuego de la vida, que hoy se ofrece a manos llenas. Canta el agua y camina presurosa hacia el río, mientras las nubes abrazan la tarde de frío en la tierra, en la resguardada sombra del espacio donde se abrazan los cuerpos y se ofrecen en el silencio rumoroso y escuchado.


Agua que salta como fuente
despierta de seda y sombra,
murmura un permanente canto fugitivo,
atento en el húmedo sueño
de un silencio que escucha
el alboroto de las lágrimas
cuando abandonan las nubes.


     Lluvia se llama y se comparte en la mirada y en el oído que estremece.


     Afortunado quien puede habitarla, protegido de su fuerza y la hace suya. 

     Dichoso el ser humano que camina, llueva o no.

4 comentarios:

  1. Caminar, bajo la lluvia o el sol. Siempre caminar. Gracias, Juan por esta preciosa y poética reflexión lluviosa 🌧

    ResponderEliminar
  2. También la lluvia tiene su brillo. Y provoca versos. Y tú los escribes.
    Gracias

    ResponderEliminar
  3. ¡Qué bonito escribes JUAN!, un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Es quizás, amigo Juan, lo más poético e inspirado de todo lo que he leído tuyo. Y ya llevo unos cuantos folios.
    ¡Ay, la capacidad evocadora e inspiradora de la lluvia...!

    ResponderEliminar