El teatro es otra guía:
Museo trocado en escenario.
La consolidada noche
de los Museos es una cita cultural y social que debe tenerse
prevista en la agenda. Noche festiva bajo un cielo despejado y tiempo
primaveral: pareciera hecha a medida del momento de cultura.
Cada vez con nuevas propuestas para
reinventar el Museo y su uso.
Para que asistan cuanto más personas, mejor,
se requiere imaginación y libertad,
y que el museo, en todo su ámbito, vibre acogedor, formativo y divertido.
Cada museo propone un programa, que
considera atractivo y atrayente. En esta edición, las salas del Museo de Bellas
Artes (MUBAM) han hospedado a un invitado nuevo: el Teatro, que
se une así a la Música, al Libro, la Danza, la Poesía, la Fotografía y la
Gastronomía, entre otras bellas artes.
Figuras e imágenes ‘escapan’ del cuadro, en un momento de la noche
mágica, y se encarnan en los comediantes. Comparten con los espectadores
historia, alegrías y miserias, ideas y modelos, en una intemporal teatralidad
que bien pudiera haber sido cotidiana en los últimos seis siglos.
[Se vive otra forma más de caminar por el
Museo, con la presencia y delicadeza de guías y vigilantes, empleados que están
sin destacar en el paisaje, trasmutando en afable el trabajo nocturno].
Es el recorrido por una estrella de cinco
puntas: imágenes pictóricas, texto-palabra, interpretación, -¡ah, la magia del Teatro!-,
espectadores en libre movilidad por un museo trocado en escenario. Convivencia
y sucesión de silencios, miradas al drama constituido de felicidad e infortunio,
en relieve y en directo, con el zumbido constante de pasos y de conversaciones
y comentarios.

En la época en que se sitúa la acción
concreta aún existía el Infierno,
ya clausurado por los últimos Papas, con lo que los diablos, diablesas y
diablillos se han jubilado o se han ido al paro o han cambiado de profesión.
Porque ya el Infierno es… otro ámbito más
cercano y sangrante, es otra cosa.
(En
asuntos de Teología y Sociedad ya se verá, si es que se considera decir algo en
ocasión posterior y oportuna).
Volvamos al motivo del encuentro artístico
en el Museo. Centramos la mirada en el combate ritual, que es el de la rivalidad
perpetua de arcángel y demonio, y que se resuelve, sin duda, a favor del primero. Ambos son
considerados como seres sobrenaturales, inmortales y con expresión humana.
Los
representantes (chambelanes) de los contendientes lo saben y lo hacen claro a
los espectadores:
F. de
BORJA.- “Sería tonto acordar combate a muerte”.
TASSIS.-
“Ambos son inmortales; tonto sería si…”
F. de
BORJA.- “Ni a primera sangre…”
TASSIS.-
“Obviamente”.
F. de
BORJA.- “¿Entonces…?”
TASSIS.-
“Ganará quien logre expulsar, por completo, al otro del escabel sobre el que
estamos. A base de hacerle retroceder con la espada…”
F. de
BORJA.- “Así será”.
Todo esto, en un relato
teatralizado en el Museo de Bellas Artes, en el que he participado.
¿Se es libre en el museo?
Sí, pues la auténtica
libertad de expresión va envuelta en responsabilidad. Y cada persona ha
desempeñado su papel con libertad: han convivido las decisiones, los artistas y
el público que es quien disfruta de lo que se le ofrece en un ambiente que
facilita su implicación activa.
Ha sido un momento único. Representarla otra vez sería nuevo y distinto.
¡Estás hecho un demonio de lo más creíble, Juan!
ResponderEliminarMe parece una magnífica idea que se haya incorporado el arte teatral a las demás artes que vienen arropando esa noche que tú calificas como "mágica" y que, a juzgar por tus palabras y tus imágenes, lo es.
Gracias por dejarnos sumergirnos en ella, ya desde esa introducción de la víspera, para ir creando ambiente y expectación, de mano de un abuelo y los ojos asombrados de esas dos niñas.
Me has hecho, una vez más, sentirme espectadora privilegiada a través de tu perspectiva, siempre veraz, gráfica y amena. Y siempre enriquecedora.
Gracias, muchas gracias. Mientras hay ilusión (algunas veces, hasta me entusiasmo,oye), seguiré en lo que siempre he creído: la Cultura, en cualesquiera manifestación, nos hace libres. Y si además, agrada... ¡qué más pedir!
ResponderEliminarSeguiré publicando, gracias a quienes como tú, me leéis de esa manera. Un abrazo.