viernes, 1 de julio de 2016

[ y II].- RECITALES DE FLAUTA Y PIANO, INTERPRETACIÓN MUSICAL: TRABAJO FIN DE GRADO (TFG)


    Un esfuerzo para no derramarse en la dispersión. Trabajo interpretativo (TFG) para un final que es el principio.


PROGRAMA
· Sonata para clave y flauta.-                     J. S. Bach
· fantasía sobre “Carmen”                         de Borne.
· Sonata en re mayor, para flauta y piano.    Prokofiev.
                    
 Flauta: Lorena Fernández García   
Piano: Mónica Iniesta                    
                
Conservatorio Superior, Murcia

      Durante el mes de junio se suceden todos los días laborales, continuamente, este tipo de conciertos de Graduación, en el Conservatorio Superior de Murcia, de todos los instrumentos musicales y especialidades.
     
       Señalábamos en la ‘entrada de blog’ anterior que había otros conciertos de flauta-piano, aunque aquí citáramos solo dos. (Convendría hacer válida la agenda y dedicarle días el año que viene).
      La asistencia al Conservatorio Superior de Música de Murcia, se ha prolongado en la audición de otro concierto para flauta y piano. Hoy estamos aquí y escuchamos la voz de la flauta.

     Es inevitable la inquietud (‘nervios’) en los jóvenes intérpretes, por responsabilidad y por jóvenes, cuando llegan a este momento de la Graduación.  Emociona verlos tan entregados.


   Así, Lorena Fernández, intérprete, artista sobria, que había elegido un atractivo programa, para mostrar técnica gestual y estudio, se ha mostrado elegante y cuidadosa, sin arrebato, buscando una vigorosa expresividad. El intercambio se acompaña en la instrumentación contenida y coordinada de flauta y piano. Surge la agitación pues sin conmoción no hay demanda. Como dicen los músicos y es verdad: esto empieza ahora.
         Lorena, que es alumna brillante y, según su biografía, desde corta edad mostraba interés por la flauta y capacidad para la música, ha interpretado el programa que hemos señalado más arriba.

    Todo un lujo: la sonata en mi menor, para clave y flauta, de Bach, con un clavecinista, y un violonchelo, actuando de bajo continuo, sonaba ajustado al acompañamiento de la flauta. Una interpretación muy digna de partitura de Juan Sebastian BACH, tan difícil; y en la que se subraya la concentración del chelo, el fraseo de la flauta en el Andante y el diálogo en el Allegro final. Se produce música ‘escuchable', en una partitura rica y compleja


    La fantasía sobre “Carmen”, de Bizet, arreglada por Borne. El piano ha actuado de explorador del camino, posibilitando los momentos de virtuosismo interpretativo de la flauta. Prevalece el instrumento agudo, a fin de crear una atmósfera ligera, aérea.

    Y la sonata en Re mayor, para flauta y piano, es el broche de oro. La genial Sonata de Prokofiev que nació en la flauta.

   La técnica de la variación continua es llevada muy lejos, lo que se aprecia igualmente en esta interpretación con flauta, piano excelente de Mónica Iniesta que nos regala el oído con la habitual tersura de su sonido y su ejecución limpia y precisa. La pianista, más que un apoyo, aporta buena dosis de docencia y de ayuda al talento: ha tenido una culminación de oficio e inspiración en el Andante y el Allegro con brío finales. 

   No pueden ser más distintos los tres autores elegidos por Lorena Fernández para su graduación. Entre todos completan el retrato de un fragmento del siglo XX. Ha hecho que se dé una conjunción casi perfecta de sonoridad, de equilibrio, a la vez que resalta con nitidez los puntos emocionales.
  
Sorpresa, emoción, trasladar la mente a un mundo de sensaciones donde el placer por lo intenso, lo delicado o lo provocador deja un agradable recuerdo: la música ya nos pertenece en la evocación.

  Asistir a estos recitales/conciertos es como mirar a través de un caleidoscopio conceptual e interpretativo, que amalgama referencias de época complejas, y no sólo musicalmente hablando.
  
Hemos contemplado el universo de la flauta en su presente como una tecla excitante de pulsar a la vez que incierta. No solo el talento y el dominio de la técnica lleva al éxito. Para triunfar en el universo musical también se necesitan otras aptitudes: el fenómeno del marketing y que la suerte sonría. Los aspirantes tienen ante sí mayores retos y menores oportunidades de reconocimiento. Tendrán suerte si pueden vivir de la interpretación, aun como profesores. 

Cada vez es más difícil seducir en un mundo en el que escasean los iconos capaces de conquistar a nuevas generaciones de oyentes. Aun así, no flaquea el ánimo entre quienes completan ahora su formación académica superior: es momento de seguir alimentando el fuego, pues la música nunca acaba.
  
      Meditación a modo de complemento abierto.-

      A los profesores, en sus instituciones docentes, hay que agradecerles que despierten y estimulen en las intérpretes de instrumento y especialidad el gusto por la música, les ensanchen su arte y su repertorio, -en este caso navegamos con la flauta-.

   
 Y agrada contemplar cómo las jóvenes flautistas disfrutan con las obras de cada programa, lo que propicia inevitablemente el placer a los demás. Sobran los titubeos. Necesitan de cabezas poderosas e inspiradas para labrar su carrera. Tienen ante sí el desafío de abrir su música a la sociedad, de perfilar su arte de manera tal que lo disfrute la gente.

    Los nombres de quienes concluyen esta etapa de formación, hoy en primer plano, se inscriben como miembros de una generación pujante y protagonista, junto a sus otros colegas de generación en otros estudios. No son casos aislados, son artistas de musicalidad innata que representan la pujanza de la vida musical.
    La cuestión es si hay caminos y vehículos para transitarlos en el sentido que se pretende.

   A los músicos les pasa como a los poetas: se dedican a esto por necesidad íntima, aunque se impone conseguir la subsistencia estructural que no se desvanece. El mundo poético de las imágenes sonoras movidas por el viento de la vocación. También ayuda la fuerza y la sensibilidad para adentrarse en los territorios más profundos de musicalidad, tesoro de los que poseen la capacidad de trascender a la individualidad efímera del divismo.

      Por el camino habrán quedado horas empleadas en el estudio y falta de sueño, también el disfrute de la música en solitario o en conjunto y la prueba de haber tocado ante un público fiel. La música, ya se sabe, se crea y se interpreta para inundar el aire y ser compartida.

     Saben y sienten que la música clásica es una forma de arte destacada en relación a otras músicas, sin que ello refleje arrogancia ni desprecio. La diferencia no está solo en la dedicación horaria sino en las condiciones de capacidad que no todos los músicos poseen. 

    Para ser músico conocido como ‘clásico’ es indispensable más preparación y ensayo que para tocar la guitarra acústica en un grupo de rock.

    Pero que quede claro y patente: la música es música en cualquier género. ¿Queda tiempo para la diversión? Hacer música está dentro de lo divertido. Cualquier sonido a que podamos llamar Música.

2 comentarios:

  1. Muy interesante, entre otras cosas, tu comparación con la necesidad de escribir poesía, referida a la música. Y que la clásica, en concreta, sea superior a otras formas musicales, sin que ello suponga menoscabo para las demás. He recordado leyédolo a un tio mío, melómano total, que siempre exclamaba con mucho énfasis y total y convencimiento: " ¡ La música que lleva letra o palabras ya o es música! Son... cancioncillas.". Exageraba un poco, claro, porque con eso excluia como arte, por ejemplo, a la ópera, pero lo he recordado y aquí dejo constancia de ello, en su recuerdo.

    Tú, como siempre, evocando sensaciones...

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  2. Qué bonito buscar ejemplos de flauta para mis alumnos y encontrar tu escrito. Me encanta Lorena.
    FD: La pelirroja del flautín :P

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