miércoles, 5 de octubre de 2016

LA IRRESISTIBLE SEDUCCIÓN DE NUEVA YORK

Cruzar el océano Atlántico. 
6.000 kilómetros. 

Al llegar, todo es reconocible, existe, no hay sentimiento de extrañeza en lo que se ve; ni se es ajeno ni se siente forastero.

Deseo de contar una historia, como la que se atreven a narrar escritores, fotógrafos, pintores, músicos… todos quienes captan paisajes humanos, de la naturaleza y de lo urbano.
Hay que acertar en el modo para hacérselo intuir a los lectores, faceta importante, para que se sumerjan en lo grande y comprometido.

Es Nueva York


Escenario de muchas películas famosas y de series de televisión. Disponemos de referencias bastantes de que Nueva York existe. Y la reconocemos.

La ciudad global, con influencia de capital del mundo. 

Negocios, política, turismo, restaurantes, las artes…





Y la moda.
 Wall Street
Louis Vuitton
   
Escaparates con vestidos de finas capas de seda y variaciones, que evocan sensualidad y otorgan ligereza al cuerpo. 
Y todo abierto a la imaginación, desde el rosa pálido al fucsia intenso, y no falta el blanco y el negro. Diseños que desprenden elegancia sosegada. Colecciones donde la elegancia está presente junto a precios astronómicos.

Contar y cantar a Nueva York, aventurarse a escribirla como lo haría Homero a través del héroe griego OdiseoUlises, que viajó durante veinte años por el Mediterráneo de la antigüedad. Si hubiera vivido tanto tiempo en Nueva York, recientemente, tendría mucho a que aludir.

Límite y significativa diferencia suponen que esta visita ha durado apenas seis días. Es una dificultad para asimilar tanta diversidad interesante. Es muy poco, —aunque contiene mucho, para apreciar lo que es una concentración urbana palpitante, la ciudad más poblada de los Estados Unidos de América y faro del mundo.

La fábula de un lugar mítico por excelencia está construida.

      ¿Hay que conocer tantos datos para viajar a Nueva York?
Empire State building
      No, por supuesto que no. Cada quien vive su propio viaje y lo hace según sus esperanzas y posibilidades.

      Entonces, convendrá seguir con flexibilidad la agenda de viaje, caminar por las avenidas y abrir los ojos a todo. ¿Es eso?

      Se llega a Nueva York y la ciudad sale al encuentro.

No es fácil asimilar la ciudad.
   
(Zapatos, de van Gog; metáfora de después de caminar por New York) 

La aproximación necesita el esfuerzo que media entre el camino, la mirada y el sentido. Entender algo tan complejo, en pocos días, sin caer en los inevitables tópicos, está en los límites de la percepción personal y de la perspectiva del grupo con quien se comparte viaje.


Facilita mucho la organización de la ciudad por números de avenidas y calles, un entramado parecido al tablero de ajedrez. No hay pérdida y, en su caso, rápidamente se recupera si se produce despiste.
Y si ha habido extravío, se pregunta —porque ayudan— a cualquiera de los múltiples agentes de policía de la metrópoli, de ambos sexos y de diferentes etnias, en quienes forman parte del uniforme los visibles guantes blancos y la manifiesta amabilidad. 
Cordiales con el peatón y exigentes con el conductor. Hablan español (sí, ellos dicen “español”, no castellano) en cualquier punto geográfico de la ciudad. 

Los rascacielos se sitúan en las avenidas, ruidosas de tráfico y gente. Las calles, de construcciones sensiblemente más bajas, y de edificios protegidos por la legislación cultural, también cuentan con menos jaleo: los propios rascacielos les sirven de pantalla atenuante.

    —      En la calidad ambiental, el ruido y el sonido son los instrumentos de medida.
    

Torre Crysler

Por cualquier avenida, calle o plaza nadie se asombra de cómo se va vestido, no se vuelve la cabeza en señal de extrañeza, menos aún de desdén o menosprecio. Hay una regla cívica no escrita en Nueva York por la que los ciudadanos no importunan a los demás. 


      Los taxis amarillos, los policías o las bolsas de basura que se amontonan en las aceras, todo forma parte del paisaje neoyorquino.


Una actriz famosa confesó que:
      «Me encanta vivir en Nueva York porque, si quiero, puedo salir en pijama a la calle, acudir a cualquier restaurante y pasear por Central Park».

Times Square
Es difícil llamar la atención en New York, a pesar de que Times Square se empeñe con sus gigantescos anuncios, y en el continuo movimiento de bulliciosas actuaciones artísticas, de imaginativas estéticas estimulantes, exuberantes e inauditas. Todo cabe, desde judíos ortodoxos con banderas israelíes y cantando, grupos de hip hop, músicos y cantantes de jazz, comparsas enmascaradas, todo lo imaginable y lo que no... Los artistas acentúan las expresiones de su arte para llamar la atención en New York, la ciudad que no duerme.

Como en la mitología griega, también Nueva York contiene el contraste de lo que representan los dioses Apolo y Dionisos. Apolo es el dios del Sol, la claridad, la música y la poesía, mientras Dionisos es el dios del vino, el encantamiento y la saturación. Cada uno tiene sus mitos. Nueva York parece acogerlos a todos bajo sus noches y sus rascacielos. Trabajo y diversión.

Tópico señalado, Nueva York es el enorme melting pot (crisol de culturas o razas), recipiente que puede soportar altas temperaturas y tensiones.  
      Seguimos en el uso de palabras raras, de cosas aprendidas como preparación. Habrá que conformarse.

La ciudad acoge a muchas personas y colectivos de muy distintas creencias e ideas, tanto residentes como transeúntes y los incontables turistas. Los idiomas de unos y de otros son más de cien.

 Por eso es necesaria la prudencia, como sabiduría práctica en libertad, para no caer en la desmesura, porque todo en Nueva York es grande.

      —      Por eso es importante compartir algo tan profundo. Es un momento importante, un punto de inflexión.

La Libertad es el segundo asunto.

La viven y la muestran con orgullo. Con sus tres espectaculares referentes.


1.- La bandera y el himno, (banderas izadas en los edificios: es patrimonio de los estadounidenses).


2.- La estatua de «La libertad iluminando el mundo» (en inglés, Liberty Enlightening the World); “Liberty” es de raíz latina






3.- La otra señal inclusiva de Libertad, tras la destrucción de las Torres Gemelas por el terror, es la recién construida Torre de la Libertad (Freedom Tower); [freedom = libertad, palabra de herencia inglesa].


En todo momento, indicar la impresión que transmite cada detalle, de la sensación que se experimenta, de las huellas que permanecen, N.Y.C. provoca una contradicción constante: es un elemento de su magnetismo.

     —      Habíamos convenido en que no hay por qué recurrir a este tipo de información. Saber tanto no mejora el disfrute del viaje.

      —      Puede que tengas razón. Aunque es conveniente indicarlo.

      —      Rebotan pretenciosos, hasta incómodos, tanto dato y observación.

     —      Nueva York es exceso y desmesura, (desde el punto de vista europeo).

      —      Disfrutemos, sencillamente, que la ciudad nos envuelva.

    —    No está de más. Vive ahí. Nueva York es implacable.

La gente se pone a prueba en Nueva York. El éxito es un ídolo, más que en ningún otro sitio. 

Ineludible tópico es el sueño americano (the American dream): partir desde abajo hasta conseguir lo más alto, la igualdad de oportunidades y libertad que permite lograr los objetivos de vida únicamente con el esfuerzo y la voluntad de conseguirlo. Es la base fundacional.

Actuación de artistas callejeros en Central Park
  
Por templar un poco tanta magnificencia, recordemos la tópica historia de aquel que compró una manzana y, en vez de comérsela, la vendió. Con lo que obtuvo de la venta compró dos manzanas y las vendió. Y al poco ya compró una caja y la vendió. Pocos días después tuvo que alquilar un espacio para seguir vendiendo. Y así, continuando progresivamente así, logró un gran negocio de venta de frutas y se hizo millonario…
Es una descripción característica del sueño, la esperanza de encontrar la oportunidad.

Otros, como Donald Trump, candidato republicano a la presidencia de los USA, se lo encontraron hecho y solo tuvieron que heredar. Tiene su propio rascacielos en una de las avenidas neoyorquinas.

     —      Se puede imaginar que, pasado un tiempo, alguien escriba una novela sobre los años en los que Donald Trump fue presidente de Estados Unidos.
Trabajar en Nueva York. La actividad es observable a cada hora del día o de la noche. Con una tasa de paro laboral del 2%.
   Entrada al TRUMP building. Significativo: ¡piden cuidado!
   
            “En Nueva York, quien no trabaja es porque no quiere”, asegura Jorge, el uruguayo que ejerció de guía en los primeros momentos del viaje.

Indicados quedan cuatro vértices podrían ser más de un figurado cuadrilátero u otra figura geométrica como apoyo y ejemplo. Estos ángulos ocupan las horas de trayectos, asombro de edificios, visitas culturales y compras.

Tomando como modelo a la Odisea, obra de referencia de todo viaje, no hay por qué establecer un orden cronológico.

      Hay que inspirarse en modelos anteriores”, —decimos parafraseando a Woody Allen, en su película ‘Manhattan’.

Es una forma de probar la inmensidad de Nueva York, y de cuánto hay que no conocemos. La posibilidad de sus secretos es fascinante. 

Memorial "John Lennon" en Straberry fields.

Se mira las fotos que hemos coleccionado y sentimos un tono, una atmósfera que contribuye.

Si algo existe, está en Nueva York. 

Lo dicen los comerciantes de la ciudad, en la que si hay fondos en la tarjeta de crédito, daremos con lo que buscamos. Nueva York, la capital del mundo para muchos, es sin duda uno de los mejores destinos para ir de tiendas en las incontables de la Quinta Avenida y las otras vías. Tiffanys, Channel, Louis Vuitton, Bloomingdales, Macy’s, Century, NBA, Zara, Porcelanosa… 


Lo interesante, sin duda, es el viaje en sí, porque al viajero y visitante no le debilita ninguna prisa. Nueva York se ve a sí misma como representante de un pueblo para el que nada es imposible.
Al regreso entonces es lo de:

      ¡Cuenta, cuenta…!


4 comentarios:

  1. Pues gracias por contar. Sigue haciéndolo 😊👏

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  2. ¡ Esto promete...! Todo un lujazo, NY contado a través de tus ojos. Ah, y muy de valorar las alusiones a tiendas y escaparates, oye, que no todo va a ser la Estatua de la Libertad y los rascacilos...

    Seguiré leyéndote con todo interés, porque has conseguido suscitármelo. Gracias!

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  3. Y a mí que, por ser ciudad, no me atrae nada... ¡a ver si me convences!

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